La casa grande
"Como Sherezade salvó la vida contando historias, Así salvo yo la mía o la mantengo a fuerza de escribir."
Kierkegaard
Diagnosticado
Partir y volver
Volver
Tengo desordenados los pensamientos,
Un azul oscuro cubre la ciudad
Como queriendo que todos vuelvan a dormir,
Aún es temprano, ni siquiera he preparado desayuno
U olvidé que ya lo hice y por eso no tengo hambre,
Acabo de pensar en eso que me angustia,
tener hambre, comer y dormir,
tres placeres inmediatos que se sobreponen a mis tristezas,
me ayudan a olvidar, me encuentran con mis sueños,
conmigo mismo,
preguntas, que por qué me angustia eso,
tú mismo lo sabes, si soy más extraño aún por el tratamiento.
Todos ustedes expresan su tristeza, lloran, no pueden dormir,
No tienen hambre, ni quieren siquiera besar a sus esposas,
Yo en cambio, me escapo como otro habitante de dos mundos,
Quizás equivocaron el diagnóstico,
Porque prefiero dormir, no escucharlos.
Relajar mis músculos ayudaría un poco
Si hiciera caso al deseo de salir corriendo y trotar un rato,
Cambiar la estadía de este agradable, cómodo lugar,
por el simpático rincón de mi cuarto.
No cerré la puerta al partir por si de pronto quería regresar,
Me aseguré de traer conmigo lo que creí necesario,
Empaqué con cuidado y no mucho afán,
Tan sólo la ansiedad necesaria para no echarme para atrás;
Guardé un poco de dinero de la quincena pasada y
Un recado dejé al lado de la nevera
Por si acaso en un segundo la ventana lo dejaba partir,
No olvidé la cámara para capturar los recuerdos
Y echarme al bolsillo todos los segundos,
A propósito de esto mi reloj se desajustó y
ya no es el mismo desde que el frío lo quebrantó;
el color del día es diferente al del que partí,
la aurora se me hace menos excusable el día de hoy;
no pretendo agradar tu léxico, ni mis censuras,
aunque mis dilemas se ven más claros,
más difíciles de olvidar,
tengo las llaves que quiero entregar,
y ni el llavero quiero dejar en mi bolsillo,
para un cambio mayor asegurarme al empacar otra vez,
regresarme contigo.