La casa grande
"Como Sherezade salvó la vida contando historias, Así salvo yo la mía o la mantengo a fuerza de escribir."
Kierkegaard
Valiosa y miserable
Otro mundo me mira
Volver
Recibí una moneda
Muy valiosa y a la vez miserable.
Al ver mi mano extendida
Y en mi rostro la necesidad
Rebuscó entre sus bolsillos
Y en su monedero halló con qué salir del paso.
Y fue valiosa porque me alcanzó
Para comer y bañarme,
Así, calme mi ansiedad;
Y fue miserable, porque tan sólo
Me acompañó un día de mi soledad
Como por salir del paso.
Al tener mis brazos extendidos
Pedí un abrazo y...
...Recibí una moneda
muy valiosa y a la misma vez miserable.
Me encuentro ante el gran cañón,
Mi corazón late a mil frente a lo desconocido;
Le veo venir en mi dirección,
Y no sé como poner en práctica lo aprendido
Le hablo fuerte, como gritando,
Y me contesta igual como un eco,
Entonces, enmudezco y lo hace también,
Como solitario ese otro deseo estar
Y me encuentro ante Él, con miedo de conocerle,
de estar en su lugar.
Entro en la penumbra para tocar sus manos,
y el sonoro río que recorre su ser me impide tocar su aroma
Esa que emana de sus labios,
De la rojiza roca, del colorado y a veces el azul cielo,
Donde el aire le hace compañía a ese otro,
Que se encuentra ahora frente a mí,
Mirando en mi dirección y
Que levanta su voz,
Mientras me abraza.