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Gestión Académica

1. DIAGNÓSTICO Y ORIENTACIÓN

COMPETENCIAS Y FUNCIONES

Diagnóstico y orientación

 

  • Atiende la consulta personal sobre aspectos psicológicos y sociales demandados por estudiantes y padres de familia.

  • Evalúa y monitorea los aspectos psicopedagógicos de los estudiantes remitidos por los docentes y determinar su curso de acción.

  • Identifica factores de riesgo psicosocial que afectan la vida escolar de los estudiantes y propone una estrategia de intervención.

  • Diseña en coordinación con el Consejo Académico e implementar una estrategia de orientación vocacional para los estudiantes  en su proyecto de vida.

  • Presenta informes para las instancias colegiadas de la institución en las que se definen políticas académicas.

Descripción

Procesos de Enseñanza/Aprendizaje

La orientación para el desarrollo académico es una de las áreas fundamentales de la orientación educativa, ya que es una de las de mayor demanda en unestablecimiento (Sanchiz, 2009). Se podría decir que el papel del orientador en la institución educativa es esencialpara el mejoramiento de la calidad, ya que su función principal es apoyar el desempeño académico de los estudiantes, atendiendo y estimulando sistemáticamente todo aquello que contribuya al logro de las metas y directrices de las políticas educativas (Curry & Lambie, 2007; Fitch & Marshall, 2004; Robles Rivera, 2004). Igualmente, el trabajo en el ámbito académico repercute sobre los indicadores de eficiencia del servicio educativo, ya que el rendimiento académico de los estudiantes es un factor relacionado con fenómenos de abandono, fracaso e inadaptación escolar (Sanchiz, 2009). Está área de intervención “estudia los conocimientos, teorías y principios que facilitan los procesos de aprendizaje y que fundamentan el diseño, aplicación y evaluación de las intervenciones psicopedagógicas” (Sanchiz, 2009, p. 135), y se ha relacionado con una amplia gama de temáticas. Por ejemplo, según Bisquerra (2005) esta área se preocupa por el desarrollo de habilidades de estudio (aprender a aprender). Por otro lado, según Diaz & Arraga (2009) incluye el trabajo de adaptación al proceso educativo, el desarrollo de actitudes favorables hacia el estudio, el desarrollo cognoscitivo, el mejoramiento del rendimiento académico, la asesoría a los docentes en ejercicio, la integración de la escuela con el entorno, el fortalecimiento de la salud mental, y temas como memoria, inteligencia y otras habilidades. También se podría decir que comprende la adecuación de situaciones educativas a las características de los estudiantes, el apoyo a la formación de los docentes y el apoyo didáctico a los mismos, o el apoyo institucional a la formulación de PEI (Psicología Educativa, 2008). En resumen, la orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje abarca dos grandes aspectos: Habilidades de estudio. La intervención en este aspecto tiene como propósito que los estudiantes “aprendan a aprender”, es decir, busca desarrollar habilidades que les permitan resolver situaciones problemáticas de aprendizaje. Como estrategias, abarcan las habilidades cognitivas y meta cognitivas (de comunicación, expresión, procesamiento de la información…), las habilidades conductuales (planificación y manejo del tiempo, manejo de la ansiedad en situaciones de evaluación…) y las técnicas de estudio (toma de apuntes, lectura efectiva, realización de trabajos, preparación y presentación de exámenes…). Dificultades de aprendizaje. Este aspecto implica la prevención, el diagnóstico y el manejo de trastornos o dificultades en las habilidades básicas de lectura, escritura o cálculo, que puedan interferir en el desempeño académico o en las actividades cotidianas de los estudiantes. Este ámbito de intervención presta atención al desarrollo, desde las primeras etapas del ciclo vital. Se podría mencionar además lo referente a los casos de estudiantes con bajo rendimiento académico por diferentes razones (problemas de comportamiento, sociales, personales, etc.). Para el abordaje de los procesos de enseñanza-aprendizaje, la orientación educativa puede valerse de diferentesestrategias. En todo caso, todos los autores revisados coinciden en que es una labor que compromete a estudiantes, docentes y padres de familia. El trabajo directo con los estudiantes (que puede ser individual o grupal) representa tareas de evaluación y diagnóstico, así como tutorías y asesorías especializadas. En cuanto al trabajo con los docentes, se puede mencionar la asesoría en la implementación de adaptaciones curriculares y metodológicas, el diseño de intervenciones individuales, la planeación de aula (objetivos, contenidos, metodología, evaluación), la mejora del clima de aula, la identificación de estudiantes en riesgo, la implementación de estrategias didácticas y las prácticas de evaluación. Con respecto a los padres de familia, se requiere que el orientador busque implicarlos en el proceso pedagógico, brindándoles información sobre la situación de aprendizaje de sus hijos, así como asesoría en el manejo de hábitos y técnicas de estudio, entre otros posibles temas. Además de esta labor de asesoría con los docentes, el orientador podría ser clave para promover el intercambio de conocimientos científicos y pedagógicos, así como de experiencias significativas, especialmente cuando se refieren al manejo de situaciones de bajo rendimiento académico (Robles, 2004). Finalmente, a propósito de los procesos académicos, vale la pena mencionar que la orientación escolar puede apoyar de forma importante los procesos de evaluación de los aprendizajes, en los términos dispuestos por el Decreto 1290 de 2009.

Orientación Vocacional

En palabras de Sanchiz (2009) el área de orientación para el desarrollo profesional “estudia los conocimientos, teorías y principios que facilitan los procesos de aprendizaje vocacional” (p. 178). En general, la orientación vocacional es una de las áreas más tradicionales de la orientación educativa, lo cual se refleja incluso en la normatividad, como es el artículo 40 del Decreto 1860 de 1994 ya citado.A pesar de la variedad de definiciones de orientación vocacional, se pueden mencionar algunos elementos básicos del concepto. Así, la orientación vocacional es un proceso de ayuda al individuo en el que (Albarrán, 2007; Bisquerra, 2005; De León & Rodríguez, 2007; Diaz & Arraga, 2009; López, 2005; Sanchiz, 2009): Se propende porque el estudiante aprenda a conocerse, para identificar sus aptitudes, competencias, motivaciones e intereses. El artículo 92 de la Ley 115 de 1994 señala: “Formación del educando. La educación debe favorecer el pleno desarrollo de la personalidad del educando, dar acceso a la cultura, al logro del conocimiento científico y técnico y a la formación de valores éticos, estéticos, morales, ciudadanos y religiosos, que le faciliten la realización de una actividad útil para el desarrollo socioeconómico del país. Los establecimientos educativos incorporarán en el Proyecto Educativo Institucional acciones pedagógicas para favorecer el desarrollo equilibrado y armónico de las habilidades de los educandos, en especial las capacidades para la toma de decisiones, la adquisición de criterios, el trabajo en equipo, la administración eficiente del tiempo, la asunción de responsabilidades, la solución de conflictos y problemas y las habilidades para la comunicación, la negociación y la participación.” Se brinda asesoría al estudiante en el proceso de búsqueda y análisis de información sobre la oferta educativa y laboral en el entornoSe fomenta la toma de decisiones sobre el futuro, con autonomía y responsabilidad Se acompaña la definición de unproyecto de vida y de un proyecto profesionalSe promueve el desarrollo de la personalidad y se motiva el logro de las expectativas de los estudiantes. El proceso de orientación profesional implica además que los estudiantes aprendan a trabajar y aprendan a emprender (competencias laborales), desarrollando su rol como futuros trabajadores. Como afirman De León & Rodríguez (2007) “el trabajo del orientador es facilitar el aprendizaje de destrezas,intereses, creencias, valores, hábitos de trabajo y cualidades personales que capacitan a cada persona… para crearuna vida satisfactoria en un mundo laboral constantemente cambiante”. (p. 10). Es decir, el proceso busca que los estudiantes adquieran herramientas para ser más competitivos y puedan ingresar al mercado laboral de forma más efectiva, aportando al desarrollo económico y social del país (Hernández, 2004). La participación del docente orientador en esta área puede desarrollarse en distintos niveles (Sanchiz, 2005). Entre las responsabilidades del nivelinstitucional, el orientador es el líder del programa de orientación del establecimiento, y está llamado a coordinar con las organizaciones yrepresentantes del sector productivo en el entorno, las acciones de apoyo a dicho programa. En el nivel de los docentes, el orientador debe estimular los vínculos de las asignaturas con distintos aspectos vocacionales y de desarrollo de competencias laborales. Finalmente, con los estudiantes, el proceso implica la asesoría individual y grupal, mientras que con los padres de familia el orientador debe informar y sensibilizar sobre el tema.Adicionalmente, en coherencia con la Guía 34 del Ministerio de Educación Nacional (2008), las actividades de seguimiento a egresados serían parte esencial de esta área de la orientación escolar, ya que apoyarían la retroalimentación a la institución para mejorar la pertinencia y responder de forma más ajustada a las necesidades y expectativas de los estudiantes.

Atención a la Diversidad

La existencia de la diversidad en la institución educativa es otro de los desafíos que debe enfrentar la orientación escolar (Luna & Martín, 2008), aunque en la práctica la diversidad es un eje transversal a las demás áreas de intervención de la orientación escolar (Sanchiz, 2009). Según esta última autora, la diversidad puede estar dada poraspectos sociales (procedencia geográfica y cultural, nivel socio-económico, rol social, etc.), personales o físicos (raza, sexo, etc.) o psicológicos (conocimientos, estilos y hábitos, capacidades, intereses, motivaciones, etc.). Así, la atención en esta área puede referirse a estudiantes con dificultades de adaptación, población con necesidades educativas especiales o grupos de riesgo como las minorías étnicas, los marginados, los grupos desfavorecidos, los inmigrantes, etc. (Bisquerra, 2005). A su vez, la población con necesidades educativas especiales puede comprender a estudiantes con discapacidades o con talentos excepcionales. El trabajo en el área de diversidad e inclusión es vital, ya que entre los objetivos de la orientación citados por Sanchiz (2009), se encuentran lograr la adaptación y el ajuste, contribuir a la personalización de la educación y ajustar la respuesta educativa a las necesidades de los estudiantes. Más aun, para Curry & Lambie (2007) los orientadores deben trabajar por reducir las diferencias en el logro académico de distintos grupos de estudiantes (bien sea por características sociales o económicas, necesidades educativas especiales, diferencias étnicas o lingüísticas, etc.). La labor de la orientación educativa en la atención a la diversidad puede ser tan importante, que de acuerdo con Cholewa & West-Olatunji. El Ministerio de Educación Nacional reconoce las siguientes poblaciones en su política de atención a la diversidad: juvenil y adulta iletrada, con necesidades educativas especiales, rural dispersa, étnica, de frontera y afectada por la violencia. (2008) “los orientadores escolares pueden transformar las experiencias e impactar significativamente los logros de estudiantes de bajos ingresos, culturalmente diversos. Específicamente, los orientadores pueden aumentar su conciencia de la inequidad social, incorporar intervenciones macrosistémicas y proveer asesoría a los docentes” (p. 57).En esta área de intervención le compete a la orientación escolar el seguimiento al desarrollo de los estudiantes, desde las primeras etapas del ciclo vital escolar, con el fin de detectar, prevenir y manejar posibles discapacidades e inadaptaciones (también potencializar a los estudiantes con capacidades excepcionales). Es decir, la evaluación, el seguimiento y el monitoreo de los estudiantes provenientes de poblaciones diversas es una actividad básica de la orientación escolar. Además, el docente orientador debe propiciar la adecuación de las distintas situaciones educativas, lo que implica el compañamiento a los docentes en la adaptación de los currículos y planes de estudio, la programación de aula y el diseño de actividades de refuerzo educativo. A lo anterior se suma la obligación del orientador de brindar el servicio de consulta (individual o grupal) a los estudiantes que pertenezcan a estas poblaciones, y por supuesto a sus familias. Con respecto a la atención a la orientación para la diversidad, es de especial importancia que el orientador conozca los llamados modelos educativos flexibles impulsados por el Ministerio de Educación Nacional, los cuales están precisamente dirigidos a la atención de diferentes poblaciones.Después de esta breve revisión, queda en evidencia la enorme responsabilidad de la orientación escolar en la gestión de calidad, especialmente en lo que respecta a la gestión académica de un establecimiento. Muchas de las actividades que puede desempeñar un docente con funciones de orientación, constituyen aportes importantes para los distintos procesos de esta área de gestión (diseño pedagógico, prácticas pedagógicas, gestión de aula y seguimiento académico). Sin embargo, como afirma Bisquerra (2005) estas funciones requieren de un abordaje interdisciplinar, en el que el orientador interactúe con pedagogos, psicólogos clínicos, trabajadores sociales, médicos y otros profesionales relacionados con la salud y la educación.

Tomado de: Orientaciones y Protocolo para la evaluación del periodo de prueba del Docente Orientador. Ministerio de Educación Nacional. Bogotá, febrero de 2012.

© 2021 Wilson Mape Vanegas.

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