

EXPRESIONES DE LA CASA GRANDE….
Prólogo
La vida para mí como ser humano representa vivirla en la Casa Grande… desde que se es niño al cuidado de nuestros padres, hasta cuando se necesite hacer demoliciones para construir un edificio, un centro comercial, un banco o una guardería. La expresión de la vida puede ser así. Dios a través de nuestros padres colocó la primera piedra o los cimientos de la construcción y sus mismas manos moldearon cada tejido y cada ladrillo, dando forma exquisita a su imagen y semejanza, en un principio durante nueve meses, y hasta ahora en mis 23 años de existencia.
Decía que cuando se es niño, se está al cuidado de los padres, por lo tanto, quienes toman las decisiones sobre la Casa “Pequeña” son ellos. La Casa Pequeña busca conocer todo lo que le rodea, para lo cual hace uso de sus sentidos y s corporeidad, por lo cual, cada objeto dentro de la casa adquiere un valor casi “egocéntrico”, donde los espacios, las paredes, los cuartos… las ventanas, son rayadas con lápices y colores a través de juegos, risas y llanto, pues se percibe que todo el universo es cómplice y gira alrededor de la Casa Pequeña. El tiempo suele ser cruel y bondadoso a la vez.
La Casa Pequeña comienza a descubrir la diferencia entre sí mismo y el mundo que le rodea. Es entonces, la confianza básica, la base emocional de fortalecimiento en construcciones posteriores, tarea en la que los padres, especialmente la madre, tiene relevancia vital, pues al carecer de este fundamento, al crecer sería como una casa edificada sobre la arena. Las huellas que habían quedado registradas sobre un documento notarial ahora invaden los espacios y escondites más seguros. Aprendiendo a caminar adquiere el logro de la autonomía, pues tiene la oportunidad de satisfacer su curiosidad creciente convirtiéndolo en un explorador de secretos y tesoros ajenos, privados, luminosos, hermosos…